11.27.2017

Una anomalía sin nombre

El interior de la taberna bullía con actividad. Los parroquianos se encontraban en sus mesas, impregnando el lugar con el sonido de sus conversaciones, discusiones y bromas. El alcohol fluía con alegría gracias al atento dueño y las trabajadoras camareras. El ambiente era muy íntimo, una tenue luz azul era lo único que iluminaba el local. Al fondo del local, ocupando una amplia mesa para si solo, se hallaba un hombre de pelo y barba rubio con los brazos cruzados, recostado y escrutando con una extraña intensidad la estancia y sus visitantes.

11.02.2017

Por una moneda

Extracto del capítulo XIX de la autobiografía de Lord Arthur T. Hodgson.


Una vez terminé aquel ensayo sobre la exigente vida de los marineros que realizaban la travesía entre la Américas y nuestro viejo continente, el cual tuvo una gran acogida en Londres, me sumergí de nuevo en mi nuevo gran proyecto: un recopilatorio de cuentos y leyendas a lo largo de los puertos de Europa. Eran comienzos de primavera del año 1904, momento en el que, con esta idea en mente y sin haber pasado apenas dos meses de descanso en mi querida tierra natal, partí de nuevo en búsqueda de estas historias. Mi primer destino: Santander.