12.17.2017

Farándula

Los Beaufort no eran un matrimonio típico del París de 1904. Olivier y Giselle llevaban casados desde hace tres años, ambos eran jóvenes con grandes inquietudes y adelantados a su tiempo. Por un lado estaba Giselle, una mujer de veintiocho años que se negaba a acatar la posición que le había asignado la sociedad, y junto a ella su marido Olivier, de también veintiocho años, hijo de una familia acomodada y dedicado por completo a su arte: el teatro.

11.27.2017

Una anomalía sin nombre

El interior de la taberna bullía con actividad. Los parroquianos se encontraban en sus mesas, impregnando el lugar con el sonido de sus conversaciones, discusiones y bromas. El alcohol fluía con alegría gracias al atento dueño y las trabajadoras camareras. El ambiente era muy íntimo, una tenue luz azul era lo único que iluminaba el local. Al fondo del local, ocupando una amplia mesa para si solo, se hallaba un hombre de pelo y barba rubio con los brazos cruzados, recostado y escrutando con una extraña intensidad la estancia y sus visitantes.

11.02.2017

Por una moneda

Extracto del capítulo XIX de la autobiografía de Lord Arthur T. Hodgson.


Una vez terminé aquel ensayo sobre la exigente vida de los marineros que realizaban la travesía entre la Américas y nuestro viejo continente, el cual tuvo una gran acogida en Londres, me sumergí de nuevo en mi nuevo gran proyecto: un recopilatorio de cuentos y leyendas a lo largo de los puertos de Europa. Eran comienzos de primavera del año 1904, momento en el que, con esta idea en mente y sin haber pasado apenas dos meses de descanso en mi querida tierra natal, partí de nuevo en búsqueda de estas historias. Mi primer destino: Santander.

10.29.2017

Tiene hambre

Diario de Bran Devlin, capitán del carguero 'Bison' y natural de Cobh, Irlanda.

 

18 de Noviembre de 1903, 6:00 PM

Llevamos casi una semana y aún seguimos varados en Amsterdam. La tormenta que nos alcanzó en el Mar del Norte no solo casi nos mata a todos sino que además ha dejado mi viejo carguero incapaz de hacerse a la mar. Pero bueno, ¿qué es un maldito barco cuando se ha perdido la vida de cinco valientes marineros? Que cruel es el destino... sólo hemos sobrevivido yo y mis tres viejos camaradas de viaje: Thomas Howell y los hermanos Gagnon, Abel y Bruno. Los cuatro juntos acumulamos casi ocho décadas de travesías marítimas y aquí seguimos, con cicatrices y desgastados pero vivos. Sin embargo los cinco jóvenes marineros que teníamos a bordo... todos muertos. Tres cayeron por la borda, otro resbaló y se rompió el cuello al caer y el último murió aplastado por el cargamento que llevábamos a Amsterdam cuando trataba de asegurarlo. Por muchos años que lleve siendo capitán de navío jamás me acostumbraré al sangriento tributo que se cobran los mares de tanto en tanto.

10.22.2017

John recibe un abrazo

John es un hombre feliz. Vive con su mujer, la bella Susanne, y sus dos hijos, la inteligente Lucy y el pequeño Tommy, en un pueblecito al este de Bristol llamado Lacock. Para ganarse la vida ejercía de pastelero; sus productos eran apreciados por todos sus vecinos, los cuales no solo amaban sus productos sino también a él. Le consideraban una persona trabajadora, generosa y de trato agradable. Nadie tenía problemas con él.

9.17.2017

El que observa

Querida Amanda;

Espero que no llegues a leer esta carta porque eso significaría que he superado una noche más sin sucumbir ante las pesadillas. Ante todo quiero que sepas que te amo y que, pase lo que pase, así seguirá siendo siempre. No quiero que te sientas culpable por el destino que me ha aguardado; tu padre estaba enfermo y como buena hija que eres debías acudir en su compañía. Además, nadie podría haberse imaginado que estos hechos que he vivido podrían ser siquiera una realidad...